martes, 12 de septiembre de 2006

Gloria















No mata la calidad sino la cantidad

En demasía lo bueno se hace malo,
la píldora veneno
y vicio la caricia;

sabes de todo un poco y vas al cine,
sabes de todo mucho y te suicidas.

Mucha vida (cien años) es la muerte
-se hace malo lo bueno en demasía-.
La soledad, es ese gran espejo
donde acabas por verte monstruoso;

el silencio la tuerca en el oído
que se te va ajustando al agujero,
demasiado silencio es igual que una bomba
y demasiado amor es igual que un entierro.





















Escrito

Queridos tíos:

Me llevan a los baños y yo me quejo sola,
porque dicen que dejo lo blanco por lo negro,
y es que hago más falta en negro que en lo blanco,
y cazo mariposas vestida de torero.
Escribo en las paredes y lloro en los armarios
y con luz apagada me miro en los espejos.
A veces, sólo a veces, del último que llega,
porque clavo entusiasmo en todo lo que leo.
Los ruidos de la calle es lo malo.
Sólo bebo agua, sólo como jilgueros,
sólo duermo una esquina, sólo vivo un entierro.
Me quemo las rendijas, ardo en mis propios huesos
queriendo por el alba a dos carameleros.
La verdad es que no tengo nada de bastante,
me da por robar almas en los tranvías llenos,
me da por hacer cuadros, solicitar fantasmas,
hablar con los mendigos, rezar en los museos.
Se me olvidan las cosas y me pierdo en el Metro.

Gloria Fuertes

10 comentarios:

Unknown dijo...

No lo toméis como una crítica despiadada, ni como un desprecio, porque no lo es. Cada vez que leo algo de poesía (o veo dibujos animados) no puedo evitar pensar: el que escribió esto iba puesto de todo...

Regina dijo...

Jajaja, bueno FLaC, tranquilo, a mí me pasa algo peor: nunca he sido capaz de entender la poesía. Si me lo explican y tal pues sí, claro, lo entiendo, pero soy incapaz de ponerme a leer un libro de poesía y entender lo que me dicen, siempre acabo cabeceando, porque no me llga, no la entiendo. ;)

Isabel Sira dijo...

Mejor que no te expliquen la poesía, si no te llegó, pues es que aún no encontraste quien se acercara a tus sentimientos, pero si alguien te la explica será lo que él ve no lo que tu sientes.
Yo no soy mucho de poesía, la verdad, pero hay algunas que llegan al alma y esas son las que me gustan, las que se explican, aunque sea sólo para mí, por sí solas.

Anónimo dijo...

En cuatro líneas, un poema puede sugerir mucho más que mil páginas de un ensayo o una novela. En eso se parece a la música.
En los dos que tú pones, G. Fuertes usa la palabra “entierro”. Son más inquietantes y desgarrados que los chascarrillos rimados que escribía para niños. Sobre todo, el primero, la lucidez aterrada con que vive un anciano (o una anciana) su decadencia inexorable; la percepción de que el suicidio es la única salida. Contrasta con el otro, que describe sus ganas de empezar a conocer e interactuar con los demás.
Flac y Dooddle dicen que no “sienten” la poesía. Puede ser, pero yo no me lo creo del todo.
Estoy con Arwen: la poesía no puede explicarse a los demás, ni puede percibirse a través de otros. Nos llegan las que nos llegan, y nada más.
Gracias por ofrecerlas, Sarm.

Tuppence

Suntzu dijo...

Es cierto. La verdadera poesía se siente, no se explica. Te llega o no te llega. y eso que yo vivo de explicar estas cosas... pero no se puede transmitir todo lo que uno desea. La de sentir la poesía es una tarea personal e intransferible.

Unknown dijo...

Eh! que yo no digo que no sienta la poesía. Solo que está inspirada por nosecuantos tipos de sustancias (generalmente prohíbidas). Preguntad a un tal Baudelaire, creo que os dará una más detallada explicación de lo que yo esbozo.

UnaExcusa dijo...

Que sí, FLaC, que puede estar inspirada por lo que tú quieras... ¿No dicen que el amor es la droga más fuerte? (Aunque, más que amor, yo lo llamaría "encoñamiento"). A mí la poesía me gusta. Pero, obviamente, no la poesía en general. Los hay que se dedican a juntar palabras y se creen autoelegidos porque escriben poemas (que no entiende ni su puta madre y sólo él sabe lo que quiere decir...). Porque sí, porque los hay. Entre los nuevos, ni te digo, con ese rizar el rizo de los géneros y la marginalidad (gilipollez) de los versos y de la vida... Pero Gloria Fuertes es entendible, y "llegable".
Y San Juan de la Cruz, ni te digo. Me recuerdo yendo a por una amiga y recitando el "A dónde te escondiste Amado...", con la piel de gallina... O leyendo, con una amiga, a Sor Juana Inés de la Cruz. O a Whitman. O compartiendo a Brecht, Borges, Tabucchi o Kipling en un parque. O Benedetti, o Ángel González o Julio Cortázar o Luis Melgarejo o David Eloy Rodríguez... (sí, vale, los dos últimos son colegas -uno, colega de un colega; el otro, colega de aquellos tiempos de la Facultad, la voz más hermosa del mundo. Su Circo de la Palabra Itinerante está colgado en Internet, en el eMule: aprovechad).
Que nada, que no sé ni lo que estoy diciendo. Lo que sí sé es que nunca escribiré poesía. En eso tengo un hermano que es infinitamente más bueno que yo. Pero sí la leo, y la recuerdo.
Y lo siento mucho, pero para que un poema sea del todo tuyo, horror, te lo tienes que aprender de memoria.

Quién hace tánta bulla y ni deja...

Unknown dijo...

Bueno, venga, va, lo admito: no entiendo la poesía, no me llega, no la siento. Pero, claro, los libros son pa los pobres que no tienen dinero pa ir al cine (es bromita).

Isabel Sira dijo...

yo tampoco soy mucho de poesía, flac, pero soy mucho de libros y de cine (el más bien malo, pero algún defecto tengo que tener ;D).
Y no pasa nada por no ser de la poesía, a veces la poesía es una imagen, una película, una caricia, un beso, un grito, un odio...Y luego están los condenadamente afortunados que saben transformar todo eso en palabras

UnaExcusa dijo...

Ezo digo yo.