Hasta aquí
Hacía tiempo que me rondaba la cabeza, también a mí, pero tampoco me decidí a hacerlo nunca. Y tengo hoy buenas razones para hacerlo.
Una, que la amistad es un animal que muerde cuando ha muerto, como dijo no me acuerdo quién, y yo me cansé de morder.
Dos, que desde que perdí el anonimato maravilloso de la red, no escribo de lo que me apetece o tengo en la cabeza la puta paranoia de que soy, más o menos, un medio personaje público en una comunidad autónoma que es un patio de vecinos. Que no sé quién mandó a no sé quiénes a publicar mi nombre y apellidos y enlazar mi blog así, a descubierto. Que una cosa es mi trabajo y otras mis desequilibrios. Y que a mí la escritura me sirve de terapia y que esto nació para que me espiaran los colegas que están lejos y no por motivos "profesionales" o de "publicidad", que me la traen un poco al pairo porque no tengo ambición ninguna más que divertirme todos los días con lo que hago.
Así que, como Doodd es más prudente que yo, le copio la idea. El jueves 07 de febrero se hará privado esto. Y mira, así me evito los trolls y la visita del Xtro que cada vez que puede me dice que soy una egocéntrica frívola. Eso que gano. Yo gano en tranquilidad y él se queda sin juguete.
No me sé los correos de todos, así que me escribís, si gustáis, a olgagordi@gmail.com y yo os doy acceso. A la gente de DXC ya les mandaré instrucciones varias que no voy a publicar aquí. Hace falta una cuenta Google, que ahora son públicas, así que no hay mucho problema.
Los comentarios los tienen abiertos, para lo que gusten. Ah, no me habléis de la libertad y de los espacios de libertad y esas cosas. Que soy mayorcita.
Añado, que creo que me explico muy mal. QUIEN QUIERA SEGUIR LEYENDO, QUE ME ENVÍE UN CORREO ELECTRÓNICO A olgagordi@gmail.com. Por cierto, que nadie se dé por añadido: si no recibo correo, no añado.
Estoy recibiendo mil correos despidiéndose: y no me voy. Sólo restrinjo el acceso.