A él sí
Huele a marea baja, a ría, a dulce, a cuidado, a serenidad, morriña y tristeza. Él habla bajito, sabe dónde está y lo que quiere y que la quiere con locura. "Te gustará conocerle. A él sí" y, cuanto más le conozco, más me gusta. Me gustan su calidez, su entrega, su forma de mirarla, la expresividad de sus ojos, la media sonrisa cuando dramatiza o miente, la disposición, las manos rudas que abrazan y tocan.
No sé qué hace que dos personas se fundan. Que puedan seguir juntas a pesar de la vida individual de cada uno, que se comparte cuando se puede y como se puede. Que el amor no desaparezca: que se afiance y se pruebe y se cribe. No sé qué lo provoca pero, cuando veo a quienes acompañan a algunos de mis amigos, me alegro de que sean ellos y no otros. Me alegro de que sea él, de que sea él el compañero, el amigo, el amante. De que la búsqueda intermitente haya sido tan fructífera y de que, ahora, el amor se les pueda tocar y sea tan denso, tan palpable, tan vivo.
Imagen de Selva de Esmelle.
7 comentarios:
A mí me sigue pareciendo una utopía esto del amor. Preciosa tu descripción.
Bueno, debe ser tocar el cielo con las manos!
Deseo que dure...que me dure a mi tambien! :)
Un beso!
A mí también me lo parece, Tam, qué quieres que te diga. Pero a mi alrededor veo a gente a la que le funciona...
Belén, supongo que sí, que debe de serlo. Y que te dure, desde luego.
No es una utopía. Existe.
Hay que buscarlo.
Acabo de descubrir tu blog y me encanta : )
Sí, conforta verlo...
Landahlauts: ¿y cómo se busca?
Anónimo, muchas gracias... (Parco en palabras, sí señor... o señora).
Adúlter, sí que conforta, sí. Aunque no sea para ti.
Publicar un comentario