viernes, 26 de enero de 2007

Instantes

Hay alguien que regresa a una ciudad que no fue suya del todo, pero sí un poco suya, para poder cerrar las puertas. Un hombre perdido que recoge a su pareja de años en una estación, pero al que le gustaría dormir con otra. Una mujer, o una niña, que espera que se abra una ventana para poder ser tierna con alguien a quien no puede nombrar. Un duende que disfruta de la nieve en Asturias y lo escribe para que otros lo veamos. Una amiga suya que regresa a Granada y siente las mismas ganas de llorar que yo sentí cuando pisé las calles de Sevilla el fin de semana pasado. Cientos de mujeres poderosas que discuten sobre el feminismo en Mérida y que sí tienen presencia: Nadia Nair, Isel Rivero, Dolores Juliano, Rosa Cobo, Helena Taberna. Un hombre que planea un fin de semana con una mujer de la que no está enamorado, pero con la que se casó. Y una mujer, o una niña, que piensa en tenerlo dentro de su cama otra vez cuando sale en coche a trabajar, a diario.

2 comentarios:

Isabel Sira dijo...

De ellos está hecha la vida y no somos capaces de capturarlos...

Suntzu dijo...

Buen mosaico.